03/09/2024
La trayectoria intelectual de Enrique Dussel, uno de los filósofos más influyentes de América Latina, se caracteriza por una evolución marcada por dos etapas fundamentales. La primera, desarrollada durante la década de los sesenta, es reconocida como su etapa ontológica. En este periodo, Dussel se sumerge en las profundidades del pensamiento de Edmund Husserl y Martin Heidegger, buscando sentar las bases para un proyecto ambicioso: la construcción de una filosofía latinoamericana genuina y original. Durante estos años formativos, emergen características distintivas que permearían toda su obra posterior, tales como un profundo interés por una ética afirmativa concebida como filosofía primera, la audacia de emplear un método filosófico capaz de integrar textos no convencionales en la historia de la filosofía, un uso constante de la historia como premisa ineludible para un pensamiento siempre situado y contextualizado, una crítica incisiva a la dualidad cartesiana cuerpo-mente, y, quizás lo más ambicioso, un anhelo irrefrenable por forjar categorías filosóficas propias de la realidad latinoamericana, que no fueran meras réplicas de modelos europeos.

Sin embargo, a finales de los años sesenta, una serie de acontecimientos de índole política e histórica precipitaron un giro trascendental en los supuestos filosóficos de Dussel. Entre estos eventos, uno se alza como decisivo y catalizador para sus planteamientos posteriores: la lectura de la monumental obra Totalidad e Infinito del filósofo belga de origen judío Emmanuel Lévinas. Esta lectura no fue un mero ejercicio académico, sino una epifanía que, en 1973, culminó en una ruptura radical en el pensamiento de Dussel, desplazándolo hacia su segunda y más conocida etapa filosófica: la etapa metafísica, en la cual se aboca a la edificación de lo que hoy conocemos como la Filosofía de la Liberación.
En aquel contexto histórico, el concepto de “liberación” adquiría una relevancia creciente en diversos campos del saber, desde la teología hasta la pedagogía y, por supuesto, la filosofía. El paradigma imperante de “naciones desarrolladas” o “subdesarrolladas” comenzaba a ser cuestionado y, en su lugar, emergían con fuerza conceptos como “dependencia” y “liberación”, que ofrecían una nueva lente para comprender las asimetrías globales y las opresiones históricas. Es en este efervescente caldo de cultivo intelectual y político donde la pregunta se vuelve imperativa: ¿Por qué Lévinas? ¿Qué encontró Dussel en este pensador que resultara tan crucial para su proyecto?
- La Revelación de la Alteridad: El Legado de Lévinas para Dussel
- La Apropiación Dusseliana: De la Ética Individual a la Liberación Colectiva
- Preguntas Frecuentes sobre Dussel y Lévinas
- ¿Qué es la “totalidad” en Lévinas y cómo la interpreta Dussel?
- ¿Cómo se diferencia el “Otro” de Lévinas del “Otro” en Dussel?
- ¿Por qué fue tan decisiva la lectura de “Totalidad e Infinito” para Dussel?
- ¿Es la filosofía de Dussel una mera aplicación de Lévinas?
- ¿Qué significa la “exterioridad” en el pensamiento de Dussel?
La Revelación de la Alteridad: El Legado de Lévinas para Dussel
La filosofía de Emmanuel Lévinas, especialmente su obra cumbre Totalidad e Infinito: Ensayo sobre la exterioridad, vino a proporcionar el armazón conceptual y la estructura filosófica que la experiencia de dominación y postergación de América Latina, y de las culturas consideradas “tercermundistas”, demandaba. Esta estructura filosófica se componía de dos momentos interconectados, pero con funciones distintas:
- Un Momento Negativo: La Crítica Radical a la Totalidad Occidental. Lévinas desmantela la cosmovisión filosófica occidental, la cual, a su juicio, se había construido sobre una “totalidad” prepotente y egocéntrica. Esta totalidad se refiere a una ontología que subsume al Otro en el Mismo, que reduce la diversidad a la unidad, que privilegia la comprensión y el conocimiento como formas de dominación. La filosofía occidental, desde Parménides hasta Heidegger, es vista por Lévinas como una ontología que prioriza el ser sobre el ente, que busca la identidad y la coherencia interna, y que, en última instancia, niega la radical alteridad del Otro. Para Dussel, esta crítica levinasiana resonó profundamente con su propia crítica al eurocentrismo, al colonialismo y a las estructuras de poder que históricamente habían negado la subjetividad y la existencia de los pueblos no-europeos. La “totalidad” levinasiana se traducía en el sistema-mundo capitalista, en la razón ilustrada que legitimaba la conquista, y en la ontología que invisibilizaba al oprimido.
- Un Momento Positivo: La Configuración de una Metafísica de la Alteridad. Como alternativa a la ontología de la totalidad, Lévinas propone una “metafísica de la alteridad”. Aquí, el Otro no es un objeto de conocimiento, ni una extensión del Mismo, sino una entidad absolutamente exterior, inasimilable, que irrumpe en nuestra existencia desde su propia trascendencia. Esta irrupción se da a través del Rostro del Otro, que no es una mera configuración física, sino una epifanía ética que interpela y demanda una responsabilidad infinita. El Rostro del Otro es la manifestación de lo Infinito en el mundo finito, y su aparición disloca la totalidad del Mismo. Para Dussel, esta metafísica de la alteridad proporcionó las herramientas teóricas para fundamentar su proyecto de liberación. El “Otro” de Lévinas se convirtió en el “Otro” latinoamericano: el pobre, el indígena, el afrodescendiente, la mujer, el obrero explotado, es decir, todos aquellos excluidos y silenciados por el sistema dominante. La exigencia ética que emana del Rostro del Otro se transformó en la demanda de justicia y liberación para los oprimidos del “Sur Global”.
Lo que Dussel observó en Lévinas fue, por tanto, una crítica radical a la filosofía occidental en su totalidad, y, simultáneamente, una propuesta filosófica alternativa, centrada en la metafísica y antropología de la alteridad. Los planteamientos de Lévinas venían directamente a resolver y a aportar una solución y fundamentación teórica a la situación de conciencia de dependencia de todo un grupo de filósofos hispanoamericanos que buscaban una voz propia y un camino para la emancipación de sus pueblos.
La Apropiación Dusseliana: De la Ética Individual a la Liberación Colectiva
Es fundamental entender que Dussel no se limitó a replicar las ideas de Lévinas. Su genio consistió en una apropiación crítica y una expansión existencial de sus conceptos. Mientras Lévinas se enfocaba en la ética como filosofía primera, entendida como la relación intersubjetiva singular entre el Mismo y el Otro, Dussel llevó esta ética al plano de la política, la economía y la historia, convirtiéndola en una ética de la liberación para las comunidades y los pueblos.
Para Dussel, la “totalidad” no era solo un constructo ontológico-filosófico, sino una realidad histórica concreta: el sistema-mundo capitalista, colonial y patriarcal que oprimía a las mayorías. Y el “Otro” no era solo la persona individual que interpela con su rostro, sino el pueblo oprimido, la clase explotada, la cultura dominada. La “exterioridad” levinasiana, ese “más allá del ser” donde reside el Infinito, se convirtió en Dussel en el “lugar” desde donde el oprimido puede y debe articular su voz y su proyecto de liberación, un lugar que está fuera de la totalidad del sistema.
La contribución de Lévinas a Dussel fue, en esencia, la de proveer una justificación metafísica y ética para la opción por el oprimido. Antes de Lévinas, la crítica de Dussel era fundamentalmente ontológica y fenomenológica. Después de Lévinas, su filosofía se ancla en una primacía ética que exige la responsabilidad ante el Otro, ahora entendido en su dimensión comunitaria y geopolítica. Esta ética no es solo un deber moral, sino el fundamento de toda razón práctica y de toda acción política transformadora.
Tabla Comparativa: Lévinas vs. Dussel en la Filosofía de la Liberación
| Concepto | Emmanuel Lévinas (Totalidad e Infinito) | Enrique Dussel (Filosofía de la Liberación) |
|---|---|---|
| Totalidad | La ontología occidental que asimila al Otro al Mismo; el Ser que reduce el Ente. | El sistema-mundo capitalista, colonial, patriarcal; la razón occidental hegemónica que domina y excluye. |
| El Otro | El Rostro, la alteridad radical, el Infinito que irrumpe y demanda responsabilidad ética. | El pobre, el oprimido, el excluido, el subalterno; la víctima del sistema-mundo. |
| Ética | Filosofía primera; relación cara a cara, responsabilidad infinita ante el Otro singular. | Filosofía primera; ética de la liberación, justicia, transformación social; opción por el oprimido. |
| Exterioridad | El “más allá del ser”; el lugar de lo Infinito, lo inasimilable por la Totalidad. | El “lugar” desde donde el oprimido se constituye como sujeto y desde donde interpela al sistema; la periferia del sistema-mundo. |
| Liberación | Implícita en la responsabilidad ética que rompe la prisión del Mismo. | Proyecto histórico-político de descolonización, despatriarcalización y emancipación de los pueblos oprimidos. |
Preguntas Frecuentes sobre Dussel y Lévinas
¿Qué es la “totalidad” en Lévinas y cómo la interpreta Dussel?
Para Lévinas, la “totalidad” es la estructura del pensamiento occidental que busca subsumir toda alteridad bajo la identidad del Mismo. Es una ontología que privilegia el conocimiento y la comprensión como formas de control sobre el Otro, negando su trascendencia. Dussel interpreta esta “totalidad” no solo como un concepto filosófico, sino como una realidad histórica y material: el sistema-mundo hegemónico (capitalista, colonial, eurocéntrico) que ha subyugado y explotado a los pueblos de la periferia, asimilando sus culturas y negando su existencia independiente.
¿Cómo se diferencia el “Otro” de Lévinas del “Otro” en Dussel?
El “Otro” en Lévinas es la alteridad radical, el Rostro que interpela éticamente y demanda una responsabilidad infinita. Es un concepto principalmente individual e intersubjetivo, aunque con resonancias universales. En Dussel, el “Otro” se expande y se concreta en el plano socio-histórico: es el pobre, el indígena, el afrodescendiente, el obrero explotado, la mujer oprimida, es decir, el “Otro” sistemáticamente excluido y victimizado por el sistema. Dussel “latinamericaniza” el “Otro” levinasiano, dándole un rostro concreto y colectivo.
¿Por qué fue tan decisiva la lectura de “Totalidad e Infinito” para Dussel?
La lectura de Totalidad e Infinito fue decisiva porque proporcionó a Dussel el fundamento metafísico y ético que necesitaba para su proyecto de la Filosofía de la Liberación. La crítica de Lévinas a la totalidad occidental y su propuesta de una metafísica de la alteridad ofrecieron a Dussel un marco conceptual robusto para articular la crítica a la dominación y la afirmación de la dignidad del oprimido desde una perspectiva radicalmente nueva, que iba más allá de las categorías ontológicas tradicionales.
¿Es la filosofía de Dussel una mera aplicación de Lévinas?
No, la filosofía de Dussel no es una mera aplicación de Lévinas. Es una apropiación crítica y una expansión creativa. Dussel toma los conceptos fundamentales de Lévinas (totalidad, alteridad, exterioridad, ética como filosofía primera) y los reinterpreta y aplica a la realidad socio-histórica y política de América Latina. Él traslada la ética intersubjetiva de Lévinas a una ética de la liberación colectiva, transformando la reflexión sobre el Rostro en una praxis de emancipación de los pueblos y de descolonización del saber y del poder.
¿Qué significa la “exterioridad” en el pensamiento de Dussel?
En Lévinas, la “exterioridad” es el espacio de lo Infinito, lo inasimilable por la Totalidad del Ser, donde reside la alteridad radical del Otro. Para Dussel, la “exterioridad” adquiere un significado concreto y geopolítico: es el “lugar” desde donde se piensa y se actúa la liberación. Es la periferia, el mundo de los excluidos, de los dominados, de las culturas no-europeas, desde donde se puede construir un pensamiento crítico y una praxis transformadora que cuestione y supere la totalidad opresora del sistema-mundo.
En conclusión, la influencia de Emmanuel Lévinas en el pensamiento de Enrique Dussel fue mucho más que una simple inspiración; fue una verdadera bisagra que marcó el tránsito de Dussel hacia su etapa metafísica y la consolidación de la Filosofía de la Liberación. Al absorber y reinterpretar la radical crítica de Lévinas a la “totalidad” occidental y su audaz propuesta de una “metafísica de la alteridad”, Dussel encontró las herramientas conceptuales para fundamentar una ética que no solo reconociera al Otro, sino que se comprometiera activamente con su liberación. El “Rostro” levinasiano se encarnó en el “pobre” latinoamericano, y la exigencia ética se transformó en un imperativo de justicia social y descolonización. Así, la obra de Lévinas no solo enriqueció la reflexión de Dussel, sino que le otorgó el andamiaje filosófico para construir una de las corrientes de pensamiento más significativas y originales surgidas desde la periferia del mundo, una filosofía que sigue resonando con fuerza en la búsqueda de la emancipación y la dignidad de los pueblos.
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