28/07/2025
La pregunta surge con frecuencia, especialmente a quienes visitan Argentina y comparan su composición demográfica con la de países vecinos como Brasil o Uruguay, o naciones caribeñas como Cuba y República Dominicana: ¿Por qué no hay negros en Argentina? La percepción popular suele inclinarse hacia la idea de una nación predominantemente blanca, descendiente de inmigrantes europeos. Sin embargo, esta visión simplificada esconde una historia rica, compleja y, a menudo, dolorosa, que revela una presencia afrodescendiente significativa en el pasado y un legado que perdura hasta el día de hoy, aunque de formas menos visibles.

La Raíz Profunda: El Tráfico Transatlántico de Esclavos en el Río de la Plata
Contrario a la creencia común, Argentina no fue ajena al brutal tráfico de personas esclavizadas que marcó la historia de América. Desde los primeros tiempos coloniales, miles de africanos fueron arrancados de sus tierras y traídos a estas costas para servir como mano de obra forzada. Buenos Aires, en particular, se convirtió en un puerto clave para la entrada de estos seres humanos, que eran considerados mercancía y una inversión valiosa para sus "amos".
En el año 1810, por ejemplo, se estima que al menos un tercio de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires eran esclavos negros. Las condiciones de su viaje eran infames: llegaban hacinados en barcos, para luego ser vendidos en subastas públicas o directamente a familias adineradas. Su destino era el servicio doméstico, la agricultura, la artesanía o cualquier tarea manual que requiriera esfuerzo físico. Poseer un esclavo era, en aquella época, un símbolo de estatus y distinción social.
Los barrios de Montserrat y San Telmo en Buenos Aires fueron epicentros de la vida afrodescendiente, donde se concentraba una gran parte de la población esclavizada. Tristemente, los abusos eran moneda corriente, y la violencia sexual hacia las mujeres esclavas era una realidad brutal que llevó a un aumento de la población mulata, un término que, despectivamente, derivaba de "mula" para denotar la mezcla racial.
Desde Buenos Aires, muchos de estos esclavos eran luego trasladados a las provincias coloniales del interior, siguiendo rutas comerciales que pasaban por Córdoba y se extendían hacia el norte, a Catamarca, Santiago del Estero, La Rioja, Tucumán y Salta, para finalmente llegar a Perú y el norte de Chile. Esta dispersión geográfica es clave para entender la distribución de la población afrodescendiente en el virreinato.
Los censos de la época revelan la magnitud de esta presencia. En el primer censo de 1778, se registró que en algunas ciudades la población de esclavos alcanzaba entre el 35% y el 40% del total. El historiador Jorge Gelman señala que a mediados del siglo XVIII, un esclavo podía cotizar en Buenos Aires entre 100 y 200 pesos, una cifra considerable que reflejaba su valor como "propiedad". Incluso figuras prominentes de la historia argentina, como Juan Manuel de Rosas, poseían decenas de esclavos en sus fincas en la década de 1820. Las órdenes religiosas, especialmente los jesuitas, fueron grandes propietarios de esclavos, utilizándolos como su principal fuerza laboral, como lo ilustra el caso de La Rioja, donde la mitad de los esclavos de la ciudad pertenecían a esta orden.
El Fin del Tráfico y la Abolición de la Esclavitud: Un Camino Tortuoso
La historia de la población afrodescendiente en Argentina no solo se forjó en la llegada, sino también en las lentas y complejas transformaciones legales y sociales que buscaron poner fin a la esclavitud. Aunque la prohibición de la trata y la abolición definitiva tardarían décadas en concretarse, hubo hitos importantes:
- En 1618, el gobernador Manuel de Frías ya solicitaba a la Corona la introducción de esclavos ante la falta de mano de obra.
- Grandes compañías europeas, como la Compañía Francesa de Guinea y la Compañía Inglesa del Mar del Sur (gracias al Tratado de Utrecht de 1713), dominaron el comercio de esclavos, introduciendo miles de personas al Río de la Plata.
- A finales del siglo XVIII, a pesar de los intentos de la Corona por regularlo, el contrabando de esclavos se volvió rampante, gestionado por "negreros" que operaban al margen de la ley.
- El Consulado de Buenos Aires, creado en 1794, tenía entre sus funciones el control de este comercio.
El historiador Diego Luis Molinari documentó en 1916 las cantidades de africanos que ingresaron por el puerto de Buenos Aires:
| Período | Compañía/Agente | Esclavos Introducidos (aprox.) |
|---|---|---|
| 1509 a 1607 | Gómez Reynel y Báez Coutiño (portugueses) | 5.639 |
| 1708 a 1712 | Compañía Francesa de Guinea | 3.475 |
| 1713 a 1730 | Compañía Inglesa del Mar del Sud | 8.600 |
La lucha por la libertad de los esclavos fue un proceso gradual y lleno de contradicciones. La Junta Grande, en 1811, inició un cambio de enfoque al extinguir el servicio personal de los indios. El Primer Triunvirato, en 1812, dio un paso crucial al prohibir la introducción de esclavos y declarar libres a aquellos que pisaran suelo patrio después del 25 de Mayo de 1810. Sin embargo, estas medidas no detuvieron completamente la esclavitud ni el tráfico ilegal.
La Asamblea del Año XIII, en 1813, marcó un hito con la sanción de la "libertad de vientres", declarando libres a los hijos de esclavas nacidos a partir del 31 de enero de ese año. Aunque un avance, estos niños aún debían cumplir ciertas obligaciones con los amos de sus madres. La Asamblea también decretó que los propietarios debían ceder un tercio de sus esclavos al Estado, quienes eran enrolados en batallones del Ejército, conocidos como "Libertos". Este fue un factor significativo en la reducción de la población masculina afrodescendiente.

Finalmente, la Constitución Nacional de 1853 abolió la esclavitud de manera definitiva, declarando que "En la Nación Argentina no hay esclavos: los pocos que hoy existen quedan libres desde la jura de esta Constitución". A pesar de estas leyes, la aplicación y el control de su cumplimiento fueron complejos, y la esclavitud y el tráfico ilegal persistieron en las sombras por un tiempo.
Los Verdaderos Motivos de la Aparente "Desaparición"
La idea de que los afrodescendientes simplemente "desaparecieron" del mapa argentino es un mito que se instaló fuertemente en el siglo XIX, dando paso a la narrativa de una Argentina exclusivamente blanca, "descendiente de los barcos". Sin embargo, la realidad es mucho más compleja y multifactorial. No hubo una sola causa, sino una combinación de factores demográficos, sociales y bélicos que explican la reducción de su visibilidad y la asimilación en la población general:
1. Las Guerras de Independencia y las Conflagraciones Posteriores
Uno de los factores más devastadores fue la utilización masiva de hombres afrodescendientes como "carne de cañón" en las guerras que forjaron la nación. Tanto en las guerras de Independencia como en conflictos posteriores, como la Guerra del Paraguay, los batallones de "pardos y morenos" fueron enviados a la vanguardia, sufriendo tasas de mortalidad altísimas. Se les prometía la libertad a cambio de su servicio militar, lo que llevó a muchos a enrolarse, pero también a una sangría demográfica sin precedentes. Batallones como el 8 de Línea, el Regimiento 7 de Infantería (que sucumbió en Sipe-Sipe) o "Los Inmortales" de San Martín estaban compuestos mayoritariamente por afrodescendientes.
2. Las Epidemias y Altas Tasas de Mortalidad
Las condiciones de vida precarias, la falta de acceso a la salud y las epidemias asolaron a la población afrodescendiente. La epidemia de fiebre amarilla de 1871 en Buenos Aires fue particularmente devastadora, diezmando a gran parte de la población pobre, entre la que se encontraban numerosos afrodescendientes. Las tasas de natalidad eran bajas, mientras que las de mortalidad eran crónicamente altas, lo que impedía un crecimiento sostenido de la población.
3. El Profundo Proceso de Mestizaje
Quizás el factor más importante y menos reconocido en la "desaparición" visible de la población negra es el intenso proceso de mestizaje. A lo largo de los siglos, hubo una considerable mezcla étnica entre afrodescendientes, indígenas y europeos. Los descendientes de estas uniones, a menudo, se identificaron o fueron identificados como "pardos" o directamente como "blancos" en censos posteriores, perdiendo su identidad racial afrodescendiente en las estadísticas y en la conciencia colectiva. La sociedad argentina del siglo XIX, en su afán por construir una identidad nacional "blanca" y europea, tendió a invisibilizar y asimilar a las poblaciones no blancas.
4. La Detención del Tráfico de Esclavos
Aunque la abolición final fue en 1853, la prohibición de la trata de esclavos, implementada gradualmente desde principios del siglo XIX (con el Primer Triunvirato en 1812 y, significativamente, por Juan Manuel de Rosas en 1835 con un tratado con Inglaterra), frenó la llegada de nuevas personas esclavizadas desde África. Esto significó que la población afrodescendiente existente no se renovaba con nuevos contingentes, lo que, combinado con las altas tasas de mortalidad y el mestizaje, aceleró su dilución demográfica.
Curiosamente, Juan Manuel de Rosas, a pesar de haber sido propietario de esclavos, ganó la simpatía de gran parte de la comunidad afrodescendiente al poner fin al comercio de negros con Inglaterra. Esta acción, vista como una medida que cortaba la fuente de sufrimiento, le granjeó un apoyo considerable entre ellos, como lo reflejan cuadros de la época que muestran el "candombe federal" en su honor.
La Realidad Actual: ¿Cuántos Afrodescendientes hay en Argentina?
A pesar del mito de la "desaparición", los afrodescendientes nunca se extinguieron por completo en Argentina. Estudios recientes, como los recogidos por Diego Valenzuela, estiman que entre el 4% y el 6% de la población argentina actual tiene ascendencia africana. Esto se traduce en aproximadamente dos millones de personas. Lo que ocurrió no fue una desaparición física, sino una invisibilización histórica y una asimilación cultural y racial que los llevó a no ser reconocidos o a no autoidentificarse como "negros" en el imaginario popular.

Hoy en día, hay un creciente movimiento de reivindicación y visibilización de la herencia afroargentina, buscando recuperar su historia, cultura y el reconocimiento de su aporte fundamental a la construcción de la identidad nacional. La negación de esta parte de la historia no solo es inexacta, sino que empobrece la rica diversidad de la nación.
Preguntas Frecuentes sobre la Población Afrodescendiente en Argentina
¿Cómo murieron los esclavos negros en Argentina?
La mortalidad entre la población esclavizada y luego afrodescendiente libre fue alarmantemente alta. Las principales causas fueron: las guerras (fueron enviados a los frentes de batalla como "carne de cañón", sufriendo bajas masivas en las Guerras de Independencia y la Guerra del Paraguay); las epidemias (especialmente la fiebre amarilla de 1871, que diezmó a gran parte de la población pobre de Buenos Aires); y las duras condiciones de vida, el trabajo forzado y la falta de acceso a atención médica, que generaban una esperanza de vida muy baja.
¿Cuántos negros llegaron al puerto de Buenos Aires?
Si bien es difícil obtener cifras exactas debido al contrabando, los registros históricos indican la llegada de decenas de miles de personas esclavizadas. Documentos como los recopilados por Diego Luis Molinari muestran que solo entre 1509 y 1730, más de 17.700 esclavos fueron introducidos legalmente por el puerto de Buenos Aires por diversas compañías. A esto hay que sumar un vasto comercio ilegal y las introducciones por otros puntos, como Uruguay, que era un acceso importante al Río de la Plata y por donde llegaron más de 40.000 africanos a Montevideo hasta 1840.
¿La "libertad de vientres" de 1813 puso fin a la esclavitud en Argentina?
No, la "libertad de vientres" (Decreto de la Asamblea del Año XIII, 1813) fue un paso importante pero no el fin de la esclavitud. Establecía que los hijos de esclavas nacidos a partir de esa fecha serían libres, pero con la obligación de servir a los amos de sus madres hasta cierta edad (generalmente hasta los 15 o 20 años). La esclavitud como institución legal fue abolida definitivamente con la promulgación de la Constitución Nacional de 1853.
¿Por qué Juan Manuel de Rosas era popular entre la población afrodescendiente?
Aunque Juan Manuel de Rosas fue propietario de esclavos, ganó la simpatía de muchos afrodescendientes debido a dos razones principales: primero, su gobierno firmó un tratado con Inglaterra en 1835 que puso fin al comercio de esclavos impulsado por este país, deteniendo la llegada de nuevos contingentes. Segundo, Rosas, en su búsqueda de apoyo popular, fomentó la participación de los afrodescendientes en festividades públicas como los candombes, lo que les brindaba un espacio de expresión cultural y un cierto reconocimiento dentro de su proyecto político federal.
¿Hay afrodescendientes hoy en Argentina?
Sí, absolutamente. A pesar de la creencia popular y la invisibilización histórica, se estima que entre el 4% y el 6% de la población argentina actual tiene ascendencia africana, lo que representa aproximadamente dos millones de personas. Muchos de ellos son resultado del mestizaje a lo largo de generaciones y su identidad racial no siempre es reconocida o autoidentificada como "negra" en el sentido tradicional, pero su herencia africana es innegable y cada vez más visible gracias al trabajo de organizaciones y activistas.
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